martes, 4 de junio de 2013

Juguetes para "Niños"

Desde el inicio de nuestra formación, se nos ha comunicado y enseñado que la empatía es uno de los valores que un Terapeuta Ocupacional debe desarrollar. La empatía, se dice comúnmente, es el arte y ciencia de “ponerse en el lugar de otro”, pero en lo concreto ¿Qué significa esto? Lo que usualmente creemos es que ante un problema debemos comprender la situación del otro, comprender como se siente, como vive su propia experiencia, y a partir de eso, aportar a la solución. Frecuentemente para plantear una intervención partimos desde allí, sin embargo, la tarea de esta sesión tuvo un cariz distinto…

Necesitamos materiales reciclados: conos de papel higiénico, cartón, diarios, revistas, envases plásticos desechables, etc. ¿Para qué? Para construir un juguete. Se nos entregó un caso, de un niño con algún tipo de dificultad que se pudiese resolver  través del juego, en específico, con un juguete. Ya sabíamos, también gracias a nuestra formación previa que el juego es la ocupación predominante en la etapa de la niñez, y aunque también forma parte de nuestras premisas, que en realidad es una ocupación que se puede practicar en cualquier etapa de la vida, y que el estado de flujo que permite puede ser increíblemente beneficioso, nos siempre -algunos- o casi nunca –otros, nos hacemos el tiempo para disfrutar de este beneficio.
Fue así que llego a nuestras manos (nuestras, porque el trabajo se desarrollo en forma grupal) el caso  de un niño con escasa interacción con sus pares, y era nuestra tarea, diseñar un juego que ayudara a resolver el problema. ¿Empatía para iniciar? ¡Gran tarea con un niño! ¿Por qué no compartir con otros niños, si la generalidad, la normalidad es que si sienta esta motivación? ¿Cómo se siente? ¿Cómo vive la experiencia de juego? Imposible saberlo, hasta ese momento no teníamos más que una historia en un papel. Nos saltamos entonces esa parte del proceso, y pusimos nuestras mentes a trabajar en conjunto.

Se han descrito para los procesos creativos, cuatro fases que a mí me resultan muy lógicos y de nomenclatura auto-explicativa: Preparación, Incubación, Iluminación y Verificación. De  preparación hubo mucho, conversaciones, análisis de la situación y dirección de las posibles soluciones a la dificultad. De incubación, exceso, no había manera de que alguna idea tomara forma. Todas se detenían antes de nacer, todos intentábamos completar las ideas de todos, pero resultado en todos los primeros intentos fue el mismo: nada. Hoy, cuando lo recuerdo y pongo en palabras, pienso que lo lógico hubiese sido que sintiéramos frustración, pero muy por el contrario en el ambiente no había nada de eso. Risas, palabras sin sentido, ideas sin lógica, dibujos y diseños incomprensibles, y más risas, de eso, estaba lleno. Entonces, vistos desde afuera, éramos un grupo de niños jugando a ser diseñadores, había surgido entonces de manera natural la empatía.
De ahí en adelante todo fue mucho más fácil, la idea inició en alguien, para viajar por todas nuestras manos y tomar forma poco a poco. Diseñamos un juego grupal: animales armables y desarmables, a los que se agregan partes del cuerpo por turno en un juego de naipes. Para escoger un animal, se lanza un dado, y gana quien completa primero su animal. Hecho el dibujo del proceso, la etapa final, la verificación resulto totalmente favorable.
 
Si diseñar fue todo un juego, construir lo fue aun mas, la alegría inundaba el espacio, y aun mas las ganas de probar el juguete. Aún no lo hacemos, las ganas siguen ahí, y nuestro espíritu de niños sigue ansioso por conocer qué otra ingeniosa maravilla habrán construido los demás…

 

martes, 14 de mayo de 2013

Mouse Adaptado


Parece ser que la computación nos facilita la vida a todos. Hoy, los niños desde muy temprano en la infancia son capaces de manejar la tecnología a su antojo, y lo hacen ver como si fuera la tarea mas sencilla. Pero ¿Qué ocurre, cuando incluso lo que parece mas fácil resulta imposible? Esa es la pregunta.

Algunos les llaman inválidos, otros para ser “menos despectivos” les han llamado personas con discapacidad, a los mas críticos del lenguaje y su impacto les gusta personas en situación de discapacidad y unos pocos se reconocen a si mismos como personas con diversidad funcional. Yo, prefiero personas.

En fin… algunas personas tienen dificultades, ya decía, para acceder a lo que comúnmente consideramos cómodo. Algunas, las tenemos de tipo cognitivo; para mi de vez en cuando (dicho sea de paso, una vez no tan alejada de la siguiente) el uso de computador se vuelve mas un problema que una solución, pero parece no haber mas remedio que adaptarse, es la era de la computación y nuestra juventud (sí, divino tesoro) nos motiva diariamente a adquirir  habilidades para mantenernos a la vanguardia. Otras personas, en cambio, tienen dificultades de tipo físico y la tecnología en este caso, si puede resultar una solución. Ahora bien, la exigencia de capacidades físicas para el manejo tecnológico no siempre permite que todo el quiera pueda acceder a sus beneficios, pero hemos aprendido en esta sesión que solo hace falta un poco de voluntad y creatividad para ampliar, las posibilidades de manejo de tecnología a grupos de personas que no han sido consideradas en los diseños transversales.

La tarea de la sesión es (redoble de tambores):
Adaptar un Mouse a un diseño que se ajuste a las habilidades motoras de quien lo use. ¿Cómo? Modificando los circuitos eléctricos hasta permitir que el click izquierdo se maneje con un golpecito en una esponja (en la imagen, botón rojo; en nuestra práctica esponja de bajo costo). ¿Para qué? Para que sumado a software computacionales que permiten abrir, manejar y cerrar programas comandando solo con clicks, permitan acceder a la computación a un grupo de la población que comúnmente no lo logra.


Las mesas estaban llenas de materiales desconocidos, circuitos de Mouse, mini jack y swich, y otros mas familiares, como los cables, el cautín y la soldadura. Una mezcla de objetos que a ningún puerto hubiese llegado sin una clara y detallada instrucción.

Rectifico, la instrucción fue clara, fue detallada, pero aún así muchos de nosotros no llegamos a buen puerto. La idea era maravillosa, adaptar un Mouse con bajo costo, en pocos pasos… pero no todos pudimos. El ambiente era confuso: alegría y algo de orgullo imagino, de quienes lograban usar el circuito completo; por otro lado, dudas y franca frustración de quienes habían fallado en un paso, sin saber cual y no podían usar una parte del circuito.
  
Mi caso fue intermedio. Al probar el artefacto resultó que solo funcionaba la mitad del circuito, pero yo si sabía por qué. Es tal el nivel de desconocimiento del área eléctrica que tengo, que al comprar los materiales y tener que escoger dentro de una gama, no elegí bien. El cable era demasiado grueso, por lo tanto no lograba aislar una parte del circuito de la otra, porque chocaban entre si. En suma, no funcionó. La sensación que me invadió no fue de fracaso, sino de motivación por intentarlo de nuevo, analizando los errores, corrigiéndolos y probablemente pidiendo ayuda, porque evidentemente hay conocimientos y habilidades que no tengo. Tuve ganas de intentar de nuevo, y a decir verdad, es muy lógico porque a mi alrededor todos pensaban que sí podía intentarlo de nuevo. Retomo entonces la reflexión del inicio, y sabe ahora a conclusión, porque al final del día no fui eficaz, mucho menos eficiente, no fui capaz de cumplir a cabalidad los pasos del proceso y tampoco logré la meta, pero a NADIE, absolutamente nadie, se le podría haber ocurrido llamarme por ello discapacitada, sigo siendo por encima de mi fallo, ni mas ni menos que toda una persona.


martes, 7 de mayo de 2013

Movimiento, Entrega, Libertad, Maquillaje


La sesión inició con un saludo, uno muy particular. Nos reencontramos en esa sala, tan familiar, entre compañeros, los mismos con que convivimos todos lo días, para mirarnos esta vez de una manera nueva, para sentirnos de una manera nueva, para re-conocernos en un caminar compartido. Primero caminar, y sentir los hombros en el encuentro con otro, sentir SU hombro en un suave choque, y hacer sentir el NUESTRO, cada uno con una forma y un desliz particular. Lo mismo con los codos y caderas, hubo que sentir nuestros cuerpos, para poder extenderlo en un saludo cordial.
De todos esos rostros conocidos, debimos escoger uno, para danzar tal cual se movía un par de zapatos frente a nosotros. Éramos pareja, sí, pero fuimos también unidad, como los pies al caminar, que se unen y separan rítmicamente, pero siempre forman parte de un mismo cuerpo.
   


Luego, formamos grupos y escogimos un tema para desarrollar en conjunto: Movimiento, Entrega, Libertad o Maquillaje. Para nosotros no fue difícil elegir, MAQUILLAJE fue el rápido consenso que se escuchó en nuestro rincón de la sala. Ahí empezó la construcción de la tarde, teníamos tela, música y maquillaje, para crear a antojo. El valor especial de nuestro tema fue que debíamos maquillar nuestras manos, ese hermoso instrumento con que hemos aprendido a crearlo todo, aquel con que solemos construir, era ahora, en una sola tarea tela y pincel. 

La idea surgió espontáneamente, de cada uno y de todos a la vez, quisimos dibujar una historia, pero no cualquier, una de vida y evolución. Fue la historia de una cuncuna, que a la sombra y cuidado de un frondoso árbol, se convierte en capullo, y finalmente despliega su belleza en las maravillosas alas de una mariposa. Todo esto, bajo la mirada atenta del sol y la ayuda infaltable de la magia de la naturaleza. Cubrimos nuestro cuerpo con tela, para dejar hablar únicamente a nuestras manos y la música acompañó nuestra historia en todo minuto.

Al momento de escoger un nombre, la respuesta fue certera, sin dudar: METAMORFOSIS. Así mismo sucede en la vida humana, cambiamos, crecemos todo el tiempo, nos ocultamos a veces para renacer después con energía y belleza renovada. De la misma forma hemos ido evolucionando como potenciales Terapeutas Ocupacionales, algo queda de las ideas con que iniciamos la carrera, algo mas o algo menos, pero queda. A eso le hemos sumado nuevas ideas, nuevos saberes, nuevos colores, nuevas formas, y vamos delineando poco a poco una especie de “ser profesional”, distinto al de ayer y distinto al de mañana, porque así como sucede con las cuncunas, la metamorfosis es también parte de nuestra vida.
 

Pudimos ver las creaciones de nuestros compañeros:
-En movimiento, muchos cuerpos unidos por una tela, danzando una misma melodía en comunidad, o si se quiere en comunión. Un deleite.
 

-En libertad, la celebración de un pueblo por la fecundidad de la tierra, después de la escasez. Un pueblo disfrutando, también en conjunto.
-En entrega, sonidos armónicos que llenaron la sala, mientras nosotros atentos, con los ojos cerrados disfrutamos de lo que podría resumir las sensaciones de toda la sesión: La música, los silencios, la imaginación, la magia, la sincronía, la naturaleza y la unidad.

Una muy enriquecedora experiencia, una verdadera invitación a crear, recrear y abrir los sentidos para disfrutar.

martes, 16 de abril de 2013

Triangulo de virtudes

Dibujar un triangulo, esa es la instrucción. Uno que en cada arista tenga escrita una virtud que podamos poner en servicio del ejercicio de nuestra futura profesión. Es un buen primer paso; se ha descrito este curso, como un módulo que permite el desarrollo de nuestra creatividad como una herramienta mas dentro de la caja que hemos ido abasteciendo en nuestros tres primeros años de formación profesional, pero antes de sumar debemos tener conciencia plena de cuáles son los elementos con que ya contamos. Para esto, qué mejor que partir por lo básico, lo primario, aquello que dibuja nuestra esencia y la tiñe de un color particular: las virtudes.

Siendo algo tan propio, pensé que sería mas fácil encontrar tres palabras que dijeran algo acerca de mi, sin embargo, resultó todo un desafío. Al parecer es mas fácil ser crítico y reconocer defectos, incluso cuando se trata de uno mismo. Me detuve a pensar... a mirar mi vida, mi historia, mi hacer constante, la forma en que me relaciono con otros y encontré.

Inteligencia, a base del triángulo, como soporte. No concebida como una cualidad intelectual o cognitiva, sino como una forma de ser y hacer, entendida como la capacidad de mirar las situaciones desde perspectivas diferentes y solo desde allí tomar decisiones. ¿Y para qué pensar tanto? Para buscar siempre la mejor solución, con el menor daño y el mayor beneficio. De allí la firme convicción que me ha definido largo tiempo: casi todo problema tiene solución, y el que no, solo se guarda donde menos entorpezca y permita avanzar.

Cordialidad, como sinónimo de buen trato, de buen vivir. La vida humana, según la entiendo, solo se da en las relaciones, en el vínculo, y es por eso que creo que toda interacción debe estar marcada por el respeto y el trato digno. Si hemos venido al mundo para conocernos unos con otros y vivir en comunidad, debemos intentar marcar vidas con palabras, gestos y acciones que solo generen gratas sensaciones.

Compromiso, con las tareas, con las personas, con la vida. Cada decisión que tomamos, implica una acción, y a pesar de que las decisiones comúnmente se toman en cuestión de segundos, las acciones suelen prolongarse en el tiempo. Cada decisión entonces, debe estar asociada al compromiso, para realizar todas las acciones necesarias para llevar nuestros proyectos a buen puerto, para nuestro beneficio y el de todos aquellos a quienes podamos llegar.

La tarea siguiente era compartir nuestros triángulos, conversar, explicar, a un compañero y luego varios, cómo esta formado nuestro triángulo, para luego formar una frase en común. Esta reflexión, sin duda, enriqueció el trabajó y le dió un nuevo aire. 

La primera impresión fue que todas las virtudes estaban orientadas hacia un otro. Concluimos en principio, que todas estaban marcadas por el servicio, pero luego de poco conversar llegamos a un nuevo concepto: El amor. Amor que creemos moviliza, y debe caracterizar no solo nuestro quehacer profesional, sino nuestra actuar en todo ámbito. De allí nuestra frase, que busca plasmar la forma en que debemos relacionarnos unos con otros en nuestra sencilla calidad de personas, creemos que no basta con acompañar, comprender o sentir, el verbo es ser.

Al final del día, nuestro consenso: Soy contigo.



martes, 9 de abril de 2013