martes, 16 de abril de 2013

Triangulo de virtudes

Dibujar un triangulo, esa es la instrucción. Uno que en cada arista tenga escrita una virtud que podamos poner en servicio del ejercicio de nuestra futura profesión. Es un buen primer paso; se ha descrito este curso, como un módulo que permite el desarrollo de nuestra creatividad como una herramienta mas dentro de la caja que hemos ido abasteciendo en nuestros tres primeros años de formación profesional, pero antes de sumar debemos tener conciencia plena de cuáles son los elementos con que ya contamos. Para esto, qué mejor que partir por lo básico, lo primario, aquello que dibuja nuestra esencia y la tiñe de un color particular: las virtudes.

Siendo algo tan propio, pensé que sería mas fácil encontrar tres palabras que dijeran algo acerca de mi, sin embargo, resultó todo un desafío. Al parecer es mas fácil ser crítico y reconocer defectos, incluso cuando se trata de uno mismo. Me detuve a pensar... a mirar mi vida, mi historia, mi hacer constante, la forma en que me relaciono con otros y encontré.

Inteligencia, a base del triángulo, como soporte. No concebida como una cualidad intelectual o cognitiva, sino como una forma de ser y hacer, entendida como la capacidad de mirar las situaciones desde perspectivas diferentes y solo desde allí tomar decisiones. ¿Y para qué pensar tanto? Para buscar siempre la mejor solución, con el menor daño y el mayor beneficio. De allí la firme convicción que me ha definido largo tiempo: casi todo problema tiene solución, y el que no, solo se guarda donde menos entorpezca y permita avanzar.

Cordialidad, como sinónimo de buen trato, de buen vivir. La vida humana, según la entiendo, solo se da en las relaciones, en el vínculo, y es por eso que creo que toda interacción debe estar marcada por el respeto y el trato digno. Si hemos venido al mundo para conocernos unos con otros y vivir en comunidad, debemos intentar marcar vidas con palabras, gestos y acciones que solo generen gratas sensaciones.

Compromiso, con las tareas, con las personas, con la vida. Cada decisión que tomamos, implica una acción, y a pesar de que las decisiones comúnmente se toman en cuestión de segundos, las acciones suelen prolongarse en el tiempo. Cada decisión entonces, debe estar asociada al compromiso, para realizar todas las acciones necesarias para llevar nuestros proyectos a buen puerto, para nuestro beneficio y el de todos aquellos a quienes podamos llegar.

La tarea siguiente era compartir nuestros triángulos, conversar, explicar, a un compañero y luego varios, cómo esta formado nuestro triángulo, para luego formar una frase en común. Esta reflexión, sin duda, enriqueció el trabajó y le dió un nuevo aire. 

La primera impresión fue que todas las virtudes estaban orientadas hacia un otro. Concluimos en principio, que todas estaban marcadas por el servicio, pero luego de poco conversar llegamos a un nuevo concepto: El amor. Amor que creemos moviliza, y debe caracterizar no solo nuestro quehacer profesional, sino nuestra actuar en todo ámbito. De allí nuestra frase, que busca plasmar la forma en que debemos relacionarnos unos con otros en nuestra sencilla calidad de personas, creemos que no basta con acompañar, comprender o sentir, el verbo es ser.

Al final del día, nuestro consenso: Soy contigo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario